sábado, 9 de octubre de 2010

Lo erótico.

Me encuentro cansado, destrozado. Tirado en lo que pareciera ser una piedra enorme, pero en realidad es mi cama. Respondiéndome y haciéndome preguntas. Sus manos apenas me alcanzan y el mundo se derrite. Yo por poco me fundo en él pero ella me toma de los pelos y me arrastra hasta su boca, hasta la cima de su extraña belleza. Poco a poco me desgarra la piel vieja para dejarme aún más desnudo. Pareciera que nadamos en un mar de leche, no tenemos nada alrededor más que algunos fantasmas y muchos miedos, ellos son espectadores del principio de todas las cosas; y de ellos mismos.

Llena mi oído de amor y saliva, su cuello nunca se vio más largo. No sé por qué cuando me destroza se ve aún más bella, besa mejor y toca… siempre ha sabido cómo tocar. Y sorprenderme. Estamos ambos llenos de sorpresas, ansiedad y humedad.

Me deslizo sobre ella como si el destino existiera y la beso como si me fuera a hacer rico al hacerlo. Ella tiene todo. La mayoría de los hombres esperan toda su vida para conocer a alguien como ella, y se quedan esperando. (Entonces no te cuestiones por qué no sé ahora hacer nada más). Le amo como poseído.

Beso Sus piernas como si fuera el mesías. La poseo como si el infierno habitara en mis caderas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario