lunes, 5 de noviembre de 2012

El desorden que quedó una de las tantas veces que me dejó.

1


Noté el desorden que dejaste. Mi almohada de plumas de ganso está más flaca. Tu acta de nacimiento la he leído como 25 veces, como esperando así conocerte mejor, o alguna pista para adivinar cuándo regresarás. No he usado otros pantalones desde la última vez que te vi. ni siquiera he cambiado las sabanas de mi cama, sigen recien lavadas, adentro de una maleta. Esperandote también. Como si esta cama sirviera para dormir. Creo que perdí tiempo tomandome algunas cosas de manera personal, cómo tu manera de vestir o o la forma en la que me veías, tal vez ves así a todo mundo. Escuche en una película que los abrazos son más personales que los besos. No lo creo. Sólo me has abrazado bien un par de veces. Alguien me pregunto hace rato que si te conocía. Soy tan pequeño a ciertas horas del día. 

Dejaste un vacío repleto de basura sentimental, unas cuantas cartas, un piedra y mi orgullo ridiculizado. A veces noto el miedo que te da ser un poco más real. O que te da miedo que a mi no me guste. Pero recuerda que yo te amé primero que tú.Estás y no estás. Regresas pero evitas que te pregunten por mi. No te culpo. En este momento, si no me conociera me escribiría algo muy hiriente.

2


La mitad de mi piel se quedó en tu colchón, también algo de humedad. Abajo de mi cama no hay nada más que anecdotas. Quizás para usarse en navidad o en un funeral. Afuera alguien está esperandome, juega con una moneda y con mi corazón. 

Tengo tus ojos clavados en una pared, aunque los quite no se van. Tengo tu espalda desnuda durmiendo a mi lado, la ansiedad hace la limpieza y tú ni la cena. Por favor vuelve. Sé que no lo harías, por eso te quiero. Caminé con mis mejores ropas por las calles más peligrosas, sólo para coquetearte. ...texto perdido por torpeza

3


El sillón ya no es tan cómodo. Me encontré un cigarro ejipcio a medio fumar. Esta lluvia mediocre no termina de mojar nada. Y caminar por estos rumbos es muy peligroso: Coquetería que no funciona contigo. Tú estás con alguién más y yo no encuentro mis cobardes bolas para animarme a llamarte y arruinar tu cita. 

Puse una película de Van Dame: Kickboxer. Te habría gustado. Tus encantos no tienen limite conocido. En el cuarto de al lado alguien me sigue esperando, se aburre. No sabe estar sola. Sé quién eres.Puedo verte, desnuda, recostada, las mejillas tan rojas que me da ternura. A basic rule of porn. Ignorar.El piso está lleno de cables, polvo, un par de cabellos, tus dedos largos y la ropa que nunca uso.

4


Cada día aprendo a romper nuevas cosas. O arruinar sorpresas. Aun así no aprendo a que no debería amarla de esta manera, pero es inevitable. Si la vieran entenderían de lo que hablo, la forma en la que me mira cuando no me odia. La manera en la que sus ojeras me emocionan o cómo la lluvia cae sobre ella en cámara lenta. 

Díme que me equivoqué pero no borres de tu lengua las parabras que ya escuché. O leí.Ella es experta en muchas cosas, puede olvidar que la han herido. Pero también las caricias que han costado sangre de civiles inocentes. Tan fácil que es perder tantos días en un descuido.Por favor no me devuelvan los días que ya pasaroon, no mereprochen ni siquiera el buen sexo o un spaguetti delicioso. No quiero volver con ella, quiero caminar a su lado, aunque fuera en caminos distintos. Quiero volver a casa y besar su rodilla, su barba y esconderme entre sus piernas como un niño baboso jugando. Me sacudo. Soy diferente cada día, ojalá pudiera verlo. Ella cree que no la conozco. Pero sabe que mi boca nunca se ha sentido mejor, en su lugar, tiempo correcto y clima adecuado. Ella recibió una sorpresa, yo sólo recordé que rompo cosas muy fácilmente. Ahorita estoy bien y sonriente, ella también mientras se le queda viendo a la sorpresa, secreta, invisible, atesorada. Yo debería aprender a enterrar mis tesoros. Seguramente no para mí mismo. Ya cambié mi "cama" de lugar. El cuarto se ve igual. Debería mudarme. O tomar unas vacaciones.Hoy me recuesto y miro las cosas desde otro lado, me gusta lo que veo. No la quiero de vuelta, la quiero siempre.

Condición

A menudo me siento inútil, como un solo cuadrito de papel higiénico, mientras espero sentado en tu cama. Y pasan tantas cosas alrededor. Que te vayas no me asusta tanto como estar desnudo en público. No te vas ni te irás. Aunque tomes un vuelo muy barato.

Tal vez me vuelva aburrido y frío, entonces me reemplazarás con la tv por cable. Tal vez deje de oír blues y abandones tu divertido exhibicionismo.



Los dedos de tu pie juegan con la alfombra, insistes que no debería arrugar mi frente. Yo me imagino la cara que pondrías si te informan que desaparecí en una excursión a la selva y me dan por muerto. Me comería mi “menique” con tal de sobrevivir para volver a hacerte el amor y escucharte reír de algo absurdo.



A veces se me olvida cómo hablar contigo. Pero hablo. Sonrío chueco y te tiro a la cama.
Tal vez algún día abandonemos el helado de sabores exóticos y nos estacionemos en el pretencioso napolitano.



Cuando te vi por primera vez pensé que eras igual. Unas semanas después me enamoré de tu amabilidad y tu capacidad para abstraerme, de tu boca que hipnotiza y sabe a licuado de fresa, tu coqueteo, tus super poderes y cómo ignoraras lo predecible; y del miedo que me daba caerte mal. Antes me gustaba caerle mal a la gente.

Tal vez algún día niegues que querías esforzarte y luchar por lo nuestro.



Olvidarás las canciones más bonitas que hemos escuchado porque golpeé a tu amigo o porque quieres estar sola. Es mentira que huelo diferente, es mentira que me da igual algo. Es mentira que me volviste fatalista, es mentira que no espero nada. Pero cuando regreses de viaje este sillón sigue siendo para dos. Sigue amoldado perfectamente a tus nalgas, tu orgullo y tu bipolaridad.



Estoy hablando de tu presencia irrefutable, las despedidas temerosas y los errores de continuidad. De que estoy enamorado y que jamás voy a entender de procedimientos en nuestra relación.

Esta condición es irreparable. 

Cosas en una bodega.



Cuando se te acaba la paciencia y cuando no hay quien te rasque la espalda. Es que hay cosas que no puedes hacer fácilmente tú solo... Como rascarte ciertas áreas de la espalda, por lo menos se necesita una pared afilada. Una comida ridícula. Una sonrisa hueca, lo definitivo de una mirada que no conocías, recientemente adquirida. Lo que no te quieren responder aunque ya sabes la respuesta. Algo que odiar para después rescatarle épicamente. Las películas de zombies y una ausencia provocada por ser tú mismo. Esa persona en tu cama y tú que no lo notas ni lo harás porque sólo sabes hablar de consecuencias. Cuando dudas pero te aferras porque... no sé por qué diablos alguien haría tal cosa. Los chistes y las calles sombreadas de grandes árboles. El beso que no debiste dar jamás. El engaño y todas esas cosas incómodas de las que casi todos prefieren hablar sólo con ciertos amigos. Cuando te gusta un beso que no es tuyo y cantas algo que no suena a nada. Almohadas sucias, una colección de tonterías, una caja forrada con boletos de autobuses. Querer estar en otro lado pero desperdicias segundos sagrados. Los sueños eróticos, la confidencialidad y los contratos absurdos. La libertad que casi todos malentienden. El amor y un montón de errores, la religion y hacer el amor en un lugar público. Dibujos malos, poemas cursis y fotografías que te averguenzan. Cuando pasas días sin sonreir o sin decir algo amable. Juegos de mesa, juegos de sábanas. Cuando te duele en el estomago porque estás presintiendo algo y al final no sucede nada... y de verdad nunca pasa ni va a pasar nada. Eso es lo peor. Cuando crees que estás haciendo algo que a todos les gusta, pero sólo eres la sombra de lo que podrías llegar a ser pero no harás nunca porque estás en un momento muy cómodo y te da miedo decepcionar a tu público. Ser predecible es fácil, barato. En lo personal prefiero la emoción, el miedo y los planes llenos de tachones.

Esto es una lista de super, esto es un conteo de cosas al azar, no hay nada para nadie, ni para mi. Aunque siempre habrá algunas cosas que nos gustarían.

¿Cuál es tu problema? - Sólo quiero bailar contigo.



Hoy no hay un atardecer estúpidamente hermoso. No me viene a la cabeza ninguna canción dedicable. Hipo. Pero tus ojos no dejan de mirarme. Cada borde, pliegue, cada movimiento incomprensible de tu rostro. Si existe Dios se parece al sabor de tu saliva y a una conversación interrumpida por el sueño... Y su continuación silenciosa.

Comemos mal. Reimos hasta olvidar. Cualquier cosa que necesite ser olvidada.

Hay algo incendiándose entre nosotros. Hay un poema y un par de boletos que siempre olvido en casa. Hay medio limón exprimido en el bolsillo trasero de algún pantalón que no me traje. Hay gente y tú. Hay paisajes y existe tu espalda, tus límites, tus manos grandes y mis partes feas.