miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cap 5 (fragmento)

No era que debía amarla diferente. Tampoco era que no debía equivocarse como lo hizo. No nos faltaba nada, teníamos el mundo a nuestros pies. La felicidad está compuesta de las cosas más absurdas, te sorprenderías si lo supieras. No era la mejor, pero quemaría un pueblo por ella. Se me quebraba la voz casi hasta el final, casi consigo desaparecer y no verla nunca más. Me invitó a cenar y me llevó a la cama casi como a un bebé. Así es como se sienten esas cosas, la esencia de la vida misma. El instinto nos haría matarnos. Pero moriríamos felices uno al lado del otro. Tomamos nuestras decisiones y buenas o malas al final es probable que estemos mejor, después de todo.

Ella llevaba sus peores ropas, yo llevaba mis mejores intenciones. Pero nunca dejamos de amarnos. Nunca dejamos de desearnos. Así de tontos, así de mortales.

Nuestra historia no se trata al final de quién engaña a quién sino de quién salvó con sus acciones al otro, quien mordió aunque fuera sólo fue para sacar el veneno. Ya no se llora, se desea con mayor ganas, en la cabeza repleta de su piel y formas, las bellas y las feas.

...

Ella ahora vaga y ha dejado de esperarme, pero siempre está ahi cuando le llamo.

martes, 20 de septiembre de 2011

miente

Todo puede romperse menos esa idea, tú queriéndome. Como si tal cosa fuera posible, o tal vez he sido engañado una vez más. Y tal vez me encuentren algún día deambulando desnudo por alguna calle creyéndome un héroe que regresa del campo de batalla, buscándote como a la diosa que me espera en cama. Ni siquiera tengo una cama. Ni siquiera te tengo realmente. Todo se rompe menos mis ganas de donarte mis riñones inservibles, o mis ojos, o mis uñas. Que hagas un collage necrófilo que te observará amorosamente mientras tejes alguna mentira piadosa, para evitar que quiera morirme. Quiero ser el sueño o tus ganas prohibidas, pero apenas si me dejas a mí tener ganas públicas. Quiero que me desees, pero eso es imposible porque no puedes desear lo que ya tienes. Empolvado. No pretendo azotarme o jugar de víctima, ya basta de eso, esta vez aunque pierda voy a ganar. Nunca dejes que alguien se atreva a besar tus ojos, o mejor no me lo digas. Como todo lo demás que no me dices. Seguro me gusta confundirte, no tanto como desnudarte. No tanto como imaginar que aún tengo un poco de dignidad. Con qué facilidad se te olvida quererme, y yo lobo ingenuo. He jurado que te amo, así que no andes preguntando. ¿Desempaco?, o mejor voy a otro lado, me interno en un bosque húmedo y hago como que te espero, me convertiré en una roca. Pero entonces no me vas a querer besar. No me mientas si “…es que hay otro amante a quien quieras más que a mí”. Te odio, lo juro. Desde aquí parece que eres de todos pero nunca has sido de nadie, sólo me lo creí porque así me dijeron que debía ser. Hay corazón roto, eres muy gracioso haciéndote el héroe.

martes, 13 de septiembre de 2011

Playlist 1

Casi todo huele mal, son las 8 de la noche, justo cuando termina el primer disco de la Yein Fonda, termina mi ánimo cantinezco y me pongo en manos del shuffle. No cabe nadie más en éste vagón pero contra toda ley física, y Murphy riéndose en mi cara, en cada estación sigue subiendo más y más ganado. Mojados de lluvia y sus propios jugos. Esto es un caldo de cultivo bacterial. Me concentro y aprieto la panza como si eso me hiciera más pequeño. El sudor parece evaporarse, y en el aire mezclarse con el de los demás, viaja ayudado por una brisita de aire subterráneo que entra por una ventana abierta, viaja y se posa sobre mi frente, perlándola de un sudor que no se siente propio. Voy a vomitar sobre el pelo esponjado de una señora carnosa, pareciera que toda ella es pelo y carne amontonada en el centro, no sé si tiene cara y eso me asusta un poco. Cierro los ojos apretándolos y me concentro, el shuffle se apiada de mí y pone una canción larga de Mugison, me imagino estar en Islandia. Parece funcionar. De pronto frena de golpe y siento justo en mi mano el bulto gelatinoso de un señor que huele a carne seca. Esa voz rasposa y gritona a todo volumen no logra distraerme de esa sensación como de violación. No puedo moverme, me siento un cigarro o un palillo de madera. Prefiero a Denisse de Belanova y su voz de pito murmurándome poemas coyoacaneros en mi oído. Quisiera estar nadando en aguas negras. “Señor, aleje su tiliche de mi mano”, me mira indignado, como si no lo mereciera. Hágame el bendito favor. Se mueve por fin y mi mano se libera de ese falillo que le hacía cosquillas. Suena “it takes time to be a man” de The Rapture, Me hace pensar en un lap dance, por favor, imaginación sácame de aquí. Volteo a todos lados y no veo ningún rostro prometedor, no veo nada atractivo. Entonces me pasa lo que siempre me pasa en el transporte público, imagino un desastre, un accidente aparatoso, una colisión de trenes. Hierro retorcido clavado en el ojo de un pobre cristiano. Grasa humana derretida sobre el piso. “Wish” de Nine Inch Nails durísimo mientras camino por entre los restos viscosos y pelo achicharrado. Aún está ahí ese olor a perfume de Avon. Soy el único entero, se siente bien… Entonces llego a mi estación, relajo todo lo que se puede relajar de mi humanidad.

martes, 6 de septiembre de 2011

i will follow you into the dark

Nos equivocamos, ni siquiera esperábamos respuestas, sólo queríamos destruirlo todo y usar el escombro para cimentar una utopía, un mundo que apenas si garabateábamos torpemente, no había colores, no los necesitábamos. Podías volar tan fácilmente, ahora apenas si puedes sentarte derecho. No nos soportábamos pero jugábamos, así nos educamos. Nos convertimos en lo queríamos pero seguimos insatisfechos. No cabemos en nuestro propio lugar, en éste gelatinoso espacio de aire y cosas; entre ésta… gente. No teníamos nada pero lo teníamos todo, y todo cabía en un casete de 45 minutos. Surfeábamos en mi coche y nos burlábamos de la vida cómoda de nuestros vecinos, de sus zapatos y peinados perfectos, de sus novias y sus fiestas a las que no nos invitábamos (aunque preferíamos pensar que no queríamos ir), estábamos orgullosos de nuestras carencias y se volvieron el puño con el golpeábamos al mundo, o intentaríamos hacerlo.

No te rindas. No le des la espalda a tu reflejo ni olvides lavar tus heridas. Piérdete sin vergüenza o miedo, volver a casa siempre ha sido más fácil de lo que aparenta.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Quieto

Puede ser que los ojos se estén volviendo más grandes, o que estén creciendo unos nuevos sobre los viejos, y el resultado no será nada agradable de ver, lo bueno es que si me quedo quieto no me puedo ver a mí mismo. A menos que me sueñe, sangre y fluidos. Pero me quedaré bien quieto. Las nubes pasan a mi lado y no sobre mí, tengo una grave sospecha. Los ojos se hinchan y parecen burbujear. No se va todo a negros, o rojo, sigue gris. La sangre es gris ¿no?

Alguien parece hablarme al oído, o deseo que así sea y en mi cabeza sólo murmullo algo imitando una voz chillona como de mujer odiosa. Abro la boca como si quisiera tragarme a mí mismo, acto máximo de flexibilidad. Las manos aprietan muy fuerte el asiento como para evitar que me caiga, tiembla, tiembla todo. Y alrededor todo parece gelatina, gris. Menos ella que me mira con comprensible extrañeza, mientras intento comerme sin mucho éxito.

Compostura, por favor. ¿Algo qué ordenar? Algo sin cáscara y otro café.