martes, 30 de noviembre de 2010

temblores nerviosos

Si vi cómo temblaban tus rodillas, si tu boca dijo mi nombre mientras todo corría en cámara lenta. Sí, como en las películas.

Decidí seguirte el juego y limitarme a hacerte el amor en bodegas sucias y en la cama de tus padres, para no quitar de tu cama el olor a virgen falsa. Tengo una razón más para cortarme las uñas y hacer abdominales diariamente.

Tu andar por mi casa me causa mucha contentura. Desnuda, inspeccionando. Convirtiendo mi comida en oro y mi ropa en polvo. Mojada te tiras sobre mí, y yo neurótico… no hago nada, porque no podría. Porque apenas te acercas y mi piel se hace como de cartón. Susurras esa canción de Etta James a mi oído (no a mí sino a mi oído) “i can know by the way you trat your girl”.

Este no tan humilde servidor tuyo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

razones por las que la gente toma fotos 2

Tuvimos mucho que decir, pero no mucho que hacer. Desayunar, tan tranquilos como fuera posible. Enterrar lo que haya que enterrar, sin que nadie se entere. Pero no tendría caso si tienes tantos cariños. Si no me ocultas nada pero tampoco hablas.

Caminar como si supiéramos a dónde, no soltarnos. Espero no lo hagas por miedo, preferiría que fuera por hambre o por alguna obsesión enferma. El mundo no tiene por qué ser reparado, aunque tú lo haces un mejor lugar para estar.

El aire tiene algo extraño desde que decidiste llegar a casa y dormir conmigo. Aunque ahora no reconoces éste como tu hogar. Quién sabe qué decisiones tomarías si desearas verme feliz.

No hay cómo llegar a ti. O cómo irse si de casualidad se te encuentra.

Esperas que diga algo más que “hola”. Quiero arrancarme los pelos sólo para divertirte. Y evitar que mi felicidad dependa de tu contentura. Me dices algo dulce para después olvidarlo (inmediatamente). Por eso es que tomamos fotografías. Aunque hay rostros que quisieras jamás haber visto.

No hay luces encendidas o música épica. Sólo tu cuerpo, monumento, derritiéndose en mis manos. Suspirando durante horas. Las piernas aprisionadas, condenadas a crecer alrededor mío.

Hace años que ríes igual, pero hace años que no lo haces. Si algún día llego a odiarte prometo hacerlo por el resto de mi vida. Y no mirar tu escote, para esto dejaré que crezcan lagañas por todos lados. Que cubran mi cara y me hagan ver feo. Para que a ti tampoco se te olvide que deberás odiarme con esas mismas ganas con las que hacías el amor.

La gente toma fotos desde que existes.

martes, 9 de noviembre de 2010

cuestion de energía

Dónde estarán las cosas que pensamos.

Juntamos todo lo que se puede y lo que no creemos que se pueda. Lo encerramos entre nuestros zapatos ansiosos y gastados. Tristes. Los ojos que me vigilan mientras pretendo que no me doy cuenta.

Si corro con suerte me estará besando al final del día. O podría apartarla y guardarla para después, pero me dijeron que es incorrecto hacer eso con las personas.

Alguien decide ir más rápido, mientras yo me quedé dormido en el asiento de atrás, pero lo noté. Mi cara ahora está pegada en la orilla, entre el respaldo y el asiento. Huele a culo. Pero me da miedo ver hacia dónde nos dirigimos con tanta prisa.

Ella me voltea a ver aburrida y yo no puedo hacer nada al respecto. No quiero intentarlo. Quiero hacer las cosas bien.

Nos quedamos sin combustible y entonces tengo que hacer las cosas que no está bien.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Maga 1

No te conozco. No me importa más que sigas usando esa clase de ropa tan pasada de moda. Que sigas escuchando música en un walkman en lugar de ipod. Tu pelo es tan feo. Las manos tan frías y hablan por mí.

No creas que no noté esa coincidencia de tus miradas supuestamente coquetas.

¿A quién debo culpar por tu cintura?

Desayunaste gallo. Y yo sonrío babosamente y bajo un poco el rostro sin dejar de mirarte, te desarmo y nos besamos como se besan en la tele.

No te soporto, hace años se te soltó la lengua.

Abrumadoras sombras que para ti compré… hoy te desheredo mi tesoro enfermo.

Sus rodillas no dejaban de hacer un ruido como de tortillería. Sus dientes se hacían pedazos, los guardaba para mí, quería que me volviera millonario.

He jurado que te extraño más que a nadie.

martes, 2 de noviembre de 2010

Le tengo más miedo a ser olvidado que a morirme. Así de ególatra podría ser. No me imagino caminando, casi flotando, en un verde campo con un sol ridículamente brillante y una sonrisa estúpida y celestial. SI estuviera tan seguro de que después de morir iré a un lugar mejor ya me habría muerto, y hasta lo recomendaría a todos mis amigos y seres queridos. Vendería paquetes especiales afterlife all inclusive.

Prefiero fantasear con vivir por siempre.

lunes, 1 de noviembre de 2010

ventanas

Quiero quedarme con tu cara, recostada, casi hundida en mi almohada. No escondida, porque no tendría caso. Pero ahí encajada. Quiero una sonrisa y un par de muecas chuecas. Quiero tus piernas para vestirme con ellas.

Un desayuno. Sin mucho que decir. Y que te la pases hablándome de cosas que sólo tú puedes decir sin que suenen ridículas.

No tenemos que alcanzarnos, vamos juntos. Estas cosas no le pasan a casi nadie. Podría abrumarme pero me miras tan amablemente que no puedo evitar jalarte, agarrando tus caderas, hacia a mí y besarte casi brutalmente, casi como si fuera un delito.

No tenemos que volar, pero de todos modos te compré una nube, por si se te ocurre irte por alguna de las ventanas.

Cállame y hazme dormir contigo ya.