martes, 13 de septiembre de 2011

Playlist 1

Casi todo huele mal, son las 8 de la noche, justo cuando termina el primer disco de la Yein Fonda, termina mi ánimo cantinezco y me pongo en manos del shuffle. No cabe nadie más en éste vagón pero contra toda ley física, y Murphy riéndose en mi cara, en cada estación sigue subiendo más y más ganado. Mojados de lluvia y sus propios jugos. Esto es un caldo de cultivo bacterial. Me concentro y aprieto la panza como si eso me hiciera más pequeño. El sudor parece evaporarse, y en el aire mezclarse con el de los demás, viaja ayudado por una brisita de aire subterráneo que entra por una ventana abierta, viaja y se posa sobre mi frente, perlándola de un sudor que no se siente propio. Voy a vomitar sobre el pelo esponjado de una señora carnosa, pareciera que toda ella es pelo y carne amontonada en el centro, no sé si tiene cara y eso me asusta un poco. Cierro los ojos apretándolos y me concentro, el shuffle se apiada de mí y pone una canción larga de Mugison, me imagino estar en Islandia. Parece funcionar. De pronto frena de golpe y siento justo en mi mano el bulto gelatinoso de un señor que huele a carne seca. Esa voz rasposa y gritona a todo volumen no logra distraerme de esa sensación como de violación. No puedo moverme, me siento un cigarro o un palillo de madera. Prefiero a Denisse de Belanova y su voz de pito murmurándome poemas coyoacaneros en mi oído. Quisiera estar nadando en aguas negras. “Señor, aleje su tiliche de mi mano”, me mira indignado, como si no lo mereciera. Hágame el bendito favor. Se mueve por fin y mi mano se libera de ese falillo que le hacía cosquillas. Suena “it takes time to be a man” de The Rapture, Me hace pensar en un lap dance, por favor, imaginación sácame de aquí. Volteo a todos lados y no veo ningún rostro prometedor, no veo nada atractivo. Entonces me pasa lo que siempre me pasa en el transporte público, imagino un desastre, un accidente aparatoso, una colisión de trenes. Hierro retorcido clavado en el ojo de un pobre cristiano. Grasa humana derretida sobre el piso. “Wish” de Nine Inch Nails durísimo mientras camino por entre los restos viscosos y pelo achicharrado. Aún está ahí ese olor a perfume de Avon. Soy el único entero, se siente bien… Entonces llego a mi estación, relajo todo lo que se puede relajar de mi humanidad.

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